8/7/10

Dame un beso...

Dame un beso...

De gotas de miel,
y que tu lengua como espada,
detenga el tiempo,
para nunca despertar del sueño,
imbuido,
en el embrujo de tu magia,
arrebátame el recelo.

imprégname,
del enigma de tu dulzura,
fíjame entre tus pupilas,
y asoma a mi alma extraviada,
volcando tu mar,
despierta mi bravura.

Inflama mi boca esclavizada,
y en mi cuerpo,
que ahora flama,
por el fuego de tus labios,
incinera las espinas,
encendiendo los anhelos.

En secreto,
llena de fiebre y ternura,
lleva mis mareas a tu pecho,
estallando juntos y en silencio,
en el profundo túnel de las ansias.

Es Amor si...

¿Es amor si...
en implacable sentimiento,
estas siempre presente,
me muero por tenerte,
y como miel de chocolate,
te embarraste por mi mente?

¿Si...
como dulce melodía,
a capela alegras mi día,
escribiendo con tus besos,
el pentagrama de mi vida?

¿si...
cada vez que miras
tu perfume inunda el ambiente
y mi corazón
late incontroladamente?

¿si...
tu nombre está grabado
en estrofas musicales
y al verte escucho al piano
resonando por mi mente?

¿Es esto amor,
o solo estoy demente?

Un Beso es...‏

Un beso es...

De tus labios el toque suave,
delicado roce que acaricia,
es agasajo y es delicia,
dulce contacto de relieve.

Exquisito bombón, cálido y breve,
donde nace toda mi alegría,
derrumbando toda bizarría,
candor que provoca mi desnieve.

Del hielo has de ser quien me salve,
y sentir que rezo un avemaría,
con un beso profundo, como biometría.

Calma mi sed, arráncame la pena,
tu boca ya no me es ajena,
al saber que eres piel y no condena.

Siluetas...‏

En erótica danza de roces
pulverizando el silencio,
húmedos bajo la oscilante luna,
manando tenues destellos
atenta al tañido de pulsos
y al unísono eco de voces
en impaciente súplica.

Siluetas desdobladas
en profundo laberinto,
entelequia
de grietas que asoman implorantes
salpicando la cordura.

Cuerpos engarzados y huellas
sobre el mármol de tu pecho
y como cirio encendido,
tu épico pezón,
erguido y sediento
sudoroso protesta
sintiendo como el pequeño botón
endurece al incendiario roce de lengua.

Irgue el deseo
sentir el íntimo acoger,
ardor del monte
en Edén penetrado,
intenso sacudido de caderas
triturando las entrañas
libando la savia
de tu silueta
en infinito mareo de sentidos.

Desnúdate a contraluz...‏

Evoca amaneceres,
y desnúdate a contraluz,
revelando pausadamente,
el sutil gestar del celo en la entrepierna.

Fragante y llameante pubis,
visión con que la musa se dibuja,
palidece la estampa de la diosa,
al ver tu perfil concupiscente.

Ahí donde el alma ruge,
aniquila el temor,
de cabalgadura oxidada,
concede licencia al desenfreno.

Galopando por el valle hacia tu encuentro,
paroxismo en fogoso olor,
irrumpe con tu marino perfume,
dosificando el roce de caderas,
en febril impulso,
extática,
tu figura se torna en el de una rosa,
emanando su esencia como diosa.

¡Que tienen Tus Besos!‏

Que tienen tus besos...que silentes llegan,
como huracanes y vientos,
turbas los aires,
con vertiginoso poderío,
espoleando contenidas pasiones,
de tomar en arrebato,
lo vedado.


Son tus besos...
fuego de vientre enardecido,
edén prohibido,
que recibo rendido,
sosegando el temor,
latido emergido,
del corazón blandido,
perenne antorcha,
que ilumina el sentido.

Son tus besos...
los que de mi piel provocan,
un brote enloquecido, 

cuando muerdes mis labios,
y tu lengua arremete con fuego,
devorando hielos,

por tus labios sometidos.

Preso de tus cristalinos besos,
aprisionarlos aspiro,
y en eterno suspiro,
nunca dejar de besar.