26/9/10

La última frontera...

Eco de roces,
y cuerpos transpirando,
lluvia calcinante,
que impregna tu cuello,
en demanda del beso que aturde,
arrebatando la calma,
quemando la piel,
camino al volcán de tu vientre,
vergel de cálido rocío,
fontana de humedad,
encendido vórtice que impaciente,
urge al roce,
insaciable de labios y boca,
que exploran y estremecen,
el resplandor de tu fragante gema,

Mordisqueando tus glúteos,
tímidamente,
y tu suspiro que alienta,
a lengua traviesa,
lujuriosa,
que ávida de gozo,
irrumpe frenética,
la última frontera.

El hondo gemido,
en tu cuerpo que tiembla,
de gozo y contento,
al sentir el aliento,
del placer que se posa,
en el estrecho rincón,
oscuro como tus ojos,
en balanceo instintivo,
sediento de nuevas caricias,
y tu voz que no para,
indicando el deleite,
enajenando mis ansias,
de llegar más profundo,
y arrancarte el grito,
del placer mas oculto.



Tu Beso...

Profundo giroscopio,
confundido universo,
laberinto sin fin,
estruendo de misterio,
voz callada de deseo,
un aturdidor silencio.
 
Secreto indescifrable,
estallido inmenso,
anochecer y amanecer,
es la tersura de tu piel,
tus colores rosaditos,
y permitir que las horas nos abracen,
sin saber de atardeceres.
 
Es vereda de fuego,
labios que emborrachan,
roban la conciencia,
embriagan con su aroma,
afanado el momento,
lengua poseída de colores,
labios hinchados de sabores,
corazón latiendo sin temores,
derretido en el intento,
astro estallando,
perplejo del obsequio.

Clímax...

Y nosotros que bebemos sol,
excitada,
la luna parpadea,
perpleja al tiempo,
que se estrecha,
la trabazón de la piel envuelta,
en la convulsión y el suspiro ahogado.