27/11/09

Carta a un papa Amoroso, (una carta imposible de terminar)

De mi padre ahora muerto, el mejor recuerdo del hombre.

No pude tener mejor padre, hombre leal, amigo, guía, tutor, protector y más.

Hombre de familia, eterno luchador, padre de 9, además de amigos, arrimados, perico y perro, mi casa fue casi un hotel, lleno de refugiados, primos, amigos, nunca lo escuche quejarse por ello,  siempre el consejo , la palabra, la mirada, el tiempo para escuchar.

Lo recuerdo con una claridad sorprendente, lo tengo tan fijo en mi mente, las imágenes de compañía, de amor, la paciencia que me tenía no sé cómo le hacía, yo con 3 apenas si respiro.

Hombre de lucha, sin la oportunidad de estudiar, en un mar de gente se perdía, la superación la obtuvo de su carácter, de su empeño por ser mejor, de su necesidad de ser mejor hombre, esposo, padre y amigo.

Estudioso permanente, lector incansable, debido a su pobre presupuesto, siempre pidiendo y rescatando libros  por arrumbados o deshojados que estuvieran, estudió por correspondencia, en tiempos  casi de las carretas, tenia que ir en búsqueda de sus lecciones, Contabilidad y  Taquigrafía, dominó el Inglés impensable en sus tiempos, todo el mundo solo yes  ó  what decía, conocimiento que le valió conocer Nueva York,  hasta tejer a dos manos sabía. Vendió e hizo de todo, en su natal Aguascalientes, repartidor de cerveza, ferrocarrilero, ambulante, vendió frutas picadas en un puesto improvisado todo era poco en su afán de salir adelante.

Siempre dispuesto a enseñar, ayudaba y  viéndome en silencio  sonreía, como diciéndome hijo cuando aprenderás.

El tiempo nunca es suficiente, Enfermaste y te fuiste joven, ahora al verme de tu edad así lo comprendo, antes escuchaba a la gente decirlo, no lo entendía, hoy sé bien por qué.

26  ó  27 años ya ni sé,  nunca pude llevar la cuenta, en mis visitas a tu espacio, me invaden sentimientos contradictorios,  presencia y  ausencia,  plenitud  y  nostalgia,  amor  y  vacío,  música  y  silencio.

Ahí contigo encuentro el consuelo y compañía que busco,  conservas el toque mágico de  soporte, de hablar en silencio,  eres buen  escucha,  comprendes el momento, estas lejos lo sé, aun así , te siento cerca.

Pasa el tiempo  y  tu recuerdo cada día está más vivo, lleno de vivencias,  recuerdos, palabras y gestos.

Sentirte a mi lado, siempre, a mi lado y tu ausencia se siente.

Hay momentos de mi vida,  en que te extraño más, en fiestas o tristezas me falta tu mirada, tu compañía, el  consejo oportuno, la palabra precisa o ese gesto que tenias de aprobación y apoyo en el momento exacto.

Dicen que recordar es vivir y no sé si esa definición se ajuste a mi concepto,  porque yo no te recuerdo,  te vivo aún, no entiendo por qué se habla de recuerdos si yo te tengo tan vivo en mí,  basta mirarme dentro y una avalancha de ti encuentro.

Sigues vivo
dentro de mi pecho
más aún más a cada día,
en tus huellas,
en tu risa.

Sigues vivo
en el cariño que sembraste,
sigues vivo en mi corazón,
en mi día.

Sigues vivo
en el amor que te profeso,
en mi razón,
entre la niebla te distingo.

Sigues vivo
y  cosechas diariamente
de este amor que me sembraste,
que tan cuidadosamente  fertilizaste
hoy madura eternamente,
José Adolfo, Padre mío.

2 comentarios:

  1. Aún no descifro en su totalidad el motivo que me impide escribirte con fluidez acerca de este tema, a pesar de que tener la sospecha del porqué, no puedo conseguir esa suficiencia, te escribo a ratos y de manera permanente por años, es está una carta aún escribiéndose.

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  2. Me conmueven sus palabras tan profundas, lo felicito

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